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La dama de los cuentos de hadas.

Hace muchos, muchos años, en medio de la corte de un rey, los cuentos de hadas no se limitaban a contarse para los niños, sino que eran parte integral de la diversión de las fiestas en la corte, en los salones de té y en las tertulias nocturnas con las que se pasaba el tiempo antes de que hubiera un televisor de por medio.

Madame d’Aulnoy no siempre tuvo ese apellido. Nació dentro de una familia noble con vínculos a la realeza de Paris en una villa francesa en el año 1651. Se casó joven con un buen mozo, sin embargo su cuento de hadas se vio truncado debido a que el tal mozo era en realidad un jugador empedernido que terminó por perder gran parte de su fortuna en las casas de apuestas. Madame, antes de llegar a una situación crítica, tomó el toro por las riendas y en una jugada arriesgada acusó al Barón d’Aulnoy de traición a la corona.

Mucho pasó, hombres murieron, entre ellos el amante de Madame. Y para cuando encontraron que el barón era inocente, Madame sólo pudo huir del país llena de miedo por las represalias de lo que había hecho. Vivió una temporada en Inglaterra y una más larga en España, hasta que quince años después el rey Luis XIV la perdonó después de haber servido como espía para ella.

Es entonces, después de tantas vueltas y una historia tan peculiar que por trece años más se dedicó a disfrutar de su pequeño salón literario en donde leía cuentos de su creación. Publicó. Publicó varios libros, no sólo fueron cuentos de hadas, también tiene en su haber novelas de viajes y eróticas, sin embargo en Francia fueron famosos sus cuentos, cuentos que hoy ya nadie cuenta y pocos recuerdan.

En el transcurso de una vida es difícil no escuchar nombres de algunos escritores de cuentos: Perrault, Grimm, Andersen; sin embargo d’Aulnoy no es uno de ellos.

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Los cuentos.

Madame d’Aulnoy escribía historias que parecían estar siendo contadas por alguien que te habías encontrado en una reunión. Como si fuera un rumor o el chisme de moda que se había escuchado durante la mañana y que ahora estaba en boca de todos. En muchos de ellos las protagonistas eran las mujeres o había personajes femeninos que entraban en acción y no sólo esperaban a su príncipe amado. Tenían a su príncipe, pero debían perseverar para poder encontrar su final feliz y a veces ese final no llegaba.

Sus historias no eran para niños, sus personajes eran viciosos, egoístas, crueles. Son cuentos distintos, cuentos cuyas historias no son fáciles de olvidar.

Se dice que sus cuentos son satíricos y que detrás del encanto de las hadas, enmascaraba una dura crítica a los personajes más comunes de la corte, acentuando los comportamientos vulgares que en algunos casos incluían los del mismo monarca y se burlaba de la imagen que Luis XIV había divulgado de la corte por medio de su propaganda. Madame se valió de la estructura convencional de los cuentos para engañar a la censura.

Sus libros

Dos son los libros que incluyen sus cuentos:

  • Cuentos de hadas. Publicado en 1697, que consta de dieciséis cuentos. Entre ellos están La princesa Rossette, El pájaro azul, El enano amarillo y La cierva blanca del bosque.
  • Cuentos de hadas modernos. Publicado un año después, que consta de siete cuentos e incluye el más famoso de ella: La gata blanca.

Si buscas cuentos de hadas distintos, busca los cuentos de Madame d’Aulnoy.

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Puedes adquirir algunos de los cuentos de Madame d’Aulnoy que hemos publicado en los siguientes libros ilustrados:

El príncipe rana y otros cuentos. Incluye el cuento de La princesa Bella Estrella
La bella y la bestia y otros cuentos. Incluye el cuento de La cierva del Bosque.